La cúrcuma se ha empleado desde tiempo inmemorial en la cocina asiática sobre todo como colorante, gracias a su intenso color anaranjado vibrante. Es uno de los componentes del curry tradicional y el responsable de su color.
Aunque su sabor es bastante discreto, añade frescura y alegría en los platos. Conviene conservar esta rica especia en un lugar seco y en un envase hermético para que no pierda propiedades.
En los últimos años dietistas y médicos han popularizado esta especia para fines terapéuticos. Es antiinflamatoria, antioxidante, protege con el hígado y los riñones y tiene propiedades antitumorales.