La grulla (tsuru) es uno de los símbolos más respetados en Japón. Es un ave migratoria que con sus grandes alas de unos dos metros de envergadura surca los cielos volando muy alto incluso en lo más crudo del invierno. En Japón se cree que estas aves llevan las almas de los muertos al cielo con su vuelo lejano y parsimonioso.
Este precioso reposapalillos de cerámica blanca japonesa representa una de estas grullas, aportando belleza y trascendencia en nuestro día a día.