El tradicional refresco japonés ramune en una de sus versiones más impactantes, la de sabor sandía. Los que no han abierto nunca un ramune se sorprenden de cómo está embotellado. Hay que quitar la tapa de la botella y empujar con ella, con cuidado una canica de cristal que cierra el envase herméticamente. Con cuidado, para que no salga todo el gas y nos rocíe la bebida. Rica y divertida, esta soda ramune te encantará.