Cuenco hecho con melamina y de unos 300 mililitros de capacidad. La tapa se usa para conservar el calor antes de servir la sopa, pero también para preservar los aromas de los platos.
Al levantar la tapa del cuenco, el comensal puede percibir todos los aromas de la preparación y disfrutar con los cinco sentidos, idea muy presente en la cocina oriental.