El daruma es un muñequito que da suerte en Japón. Cuando se hace un propósito o se le pide un deseo, se le pinta un ojo, cuando ese propósito o ese deseo se cumple, se le pinta el otro.
El daruma representa a Bodhidarma, el monje budista que inició la disciplina zen. La leyenda cuenta que estuvo meditando durante nueve años seguidos y se quedó sin piernas ni brazos.
Este daruma está hecho de papel marché.