El miso es una pasta aromatizante fermentada y muy sabrosa, hecha con semillas de soja o cereales y sal marina. Durante siglos fue considerado un alimento curativo en China y Japón.
Contiene enzimas que ayudan a la digestión, y suministra carbohidratos, lípidos, vitaminas, minerales y proteínas. Algunos sostienen que el miso sin pasteurizar puede reconstruir la flora intestinal que haya sido deteriorada por dietas de alto contenido en hidratos de carbono, aunque no hay ningún estudio científico que lo ratifique.
Es el ingrediente principal de uno de los platos fundamentales de la gastronomía japonesa: la sopa de miso.
El miso blanco es más suave y con menos sal que el miso rojo.
Es recomendable conservarlo en el frigorífico, aunque no es necesario. En ocasiones, se va tornando de un color rojizo que puede asemejarlo al color del miso rojo.
agua, soja, arroz, sal y alcohol
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